La fabricación aditiva consiste precisamente en lo contrario: a partir de partículas sueltas de material, ya sea líquido o en polvo,se construye una forma en 3D siguiendo una plantilla digital.
A diferencia de las técnicas de producción en masa, las de fabricación aditiva como la impresión en 3D, permiten crear productos altamente personalizados para el cliente final y se pueden utilizar en campos muy diversos.
Por ejemplo:
- Hacer aparatos casi invisibles a la medida de la boca de un cliente a partir de imágenes computarizadas de sus dientes.
- Imprimir células humanas para crear tejido vivo que se podría utilizar para estudiar la seguridad de los medicamentos, para la reparación y regeneración de tejidos o, en última instancia, para crear órganos para trasplantes. La bio-impresión ya se ha utilizado para crear cartílago, piel y hueso, así como tejido coronario y vascular.